He presentado un cuento del Otoño titulado "La carrera de los caracoles".Aquí os muestro el texto y las imágenes.
LA CARRERA DE LOS CARACOLES.
Doña caracol y sus seis hijos tenían su casa en el tronco de un árbol, en medio del bosque.
En cuanto salía el sol, sus amigos lso gorriones, que vivían en lo alto del árbol, cantaban:
"caracol, col, col,
saca los cuernos al sol"
Doña caracol se despertaba y sacaba de paseo a sus hijos.Iban en fila, uno detrás de otro y los animales del bosque los llamaban "Los amarillos" porque todos los hermanos tenían la concha de ese color.El mayor la tenía oscura, casi marrón; y el pequeño muy clara, de color crema limón.
Una mañana los gorriones no despertaron a Doña Caracol porque no hacía sol. Soplaba un viento muy fuerte, que al tropezar con las ramas de los árboles, sonaba:
-¡Uuuuuhhhh! ¡Uuuuuhhhh! ¡Uuuuuhhhh!
Doña Caracol se asomó a la puerta de su casa y vio a los gorriones muy divertidos, intentando atrapar con el pico las hojas que el viento arrancaba de los árboles. El gorrión más pequeño cantaba:
¡Pío, pío,
tres hojas amarillas he cogido!...
El mediano cantaba:
¡Pío, pío,
yo seis marrones
me ha comido!
El grande cantaba:
¡Pío, pío,
cuatro hojas rojas
he conseguido!
Cuando las hojas vuelan y el viento suena, el otoño se acerca- exclamó doña Caracol e voz alta.
¡Ya ha llegado!¡Hoy ha comenzado el otoño!- dijo doña ardilla, que iba de camino de su casa con un saco de nueces, bellotas y castañas para pasar el invierno.
-¿Cuando se corre la carrera del Otoño?- preguntaron los gorriones.
-Esta misma tarde- contestó la ardilla.En cuanto deje esta comida en casa me voy a apuntar.
-¡Nosotros también!- dijeron los gorriones.
-¡Y nosotros! ¿verdad niños?-les preguntó Doña Caracol a sus hijos.
-¡Sí, sí!- contestaron los seis caracoles amarillos.
La ardilla y los gorriones no pudieron aguantar la risa.
-¡Pero si sois muy lentos...!
-No somos lentos, es que no tenemos prisa- contestó Doña Caracol.
-Vais a llegar a la meta con un día de retraso... no tenéis ninguna posibilidad de ganar.
-Eso nunca se sabe- dijo Doña Caracol, y se puso en marcha con sus seis hijos para llegar a tiempo.
A pesar de eso, llegaron a la línea de salida con una hora de retraso y los animales estaban cansados de esperar.
Cuando el jefe de la carrera dio la salida, todos los animales echaron a correr, menos los caracoles.
-No os preocupéis, niños, que no hay prisa- dijo mamá caracol.
-Así nunca ganaremos mamá -s quejó crema limón.
-Bueno...alguien tiene que ser el último.
En ese momento empezó a llover con mucha fuerza.Caían torrentes de agua y los animales se resguardaban bajo los árboles porque se hundían en el barro y no podían avanzar.Los únicos que continuaron la carrera fueron los caracoles amarillos. A ellos les emcantaba patinar sobre el agua y se deslizaban sobre las hojas mojadas como si fuesen toboganes.
Cuando varias horas después dejó de llover y os naimales reanudaron la carrera, los caracoles ya habían llegado a la meta.
En medio de una fiesta estupenda, donde había manjares deliciosos como nueces con miel, pétalos de rosas con patatas fritas y moras con salsa de mentas, Doña Caracol y sus hijos fueron a recoger el primer premio.
-¿Veis como nunca se sabe quien va a ganar? -dijo Doña Caracol.
Y todos la plaudieron con ganas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario